sábado, 8 de junio de 2013

Propio para el III Domingo post Pentecostés


Dominica Tertia post Pentecosten


Modo Extraordinario del Rito Romano

9 de Junio de 2013


Abajo se podrá oír el Propio de la Misa del próximo Domingo, III después de Pentecostés (Modo Extraordinario), como así también bajar las partituras y el apéndice del Misal para imprimir.


El Señor busca a su oveja hasta encontrarla

La liturgia de este día canta las divinas misericordias para con los hombres. Porque así como Jesús vino a llamar no tanto a los justos como a los pecadores, no a curar a los sanos, sino a los enfermos; así el Espíritu Santo, que continúa la obra de Jesús en los corazones, viene a establecer el reinado de Dios en las almas pecadoras, y esto mismo proclama la Iglesia en el Breviario y en el Misal.

En Maitines leemos hoy la historia de Saúl. Muerto el sacerdote Helí, los Israelitas habíanse puesto en manos del profeta Samuel, considerándole un nuevo Moisés; pero viéndole ya anciano, pidiéronle un rey que los gobernase; y Samuel, accediendo a sus deseos, les nombró y consagró como rey a un apuesto joven de la tribu de Benjamín, llamado Saúl.

Unas asnillas de su padre se habían extraviado y él andaba en su busca cuando llegó a Rama, en donde estaba entonces Samuel. Fuése en seguida a preguntar al profeta por el paradero de las asnillas, “Las asnillas, le dijo Samuel, han sido encontradas hace tres días”.

El día siguiente, Samuel tomó su cuerna de aceite, y la derramó sobre la cabeza de Saúl.
Dícenos San Gregorio, en el 2º Nocturno de Maitines que “Saúl, enviado por su padre a buscar las asnillas perdidas, es figura de Jesús, el cual fué enviado por su Padre en busca de las almas que se habían extraviado.

El enemigo está merodeando continuamente en torno nuestro, buscando a quien devorar, y así como Saúl fue ungido para defender a su pueblo, así Cristo, el Ungido por excelencia, vino a librarnos del enemigo infernal.

Cuadra muy bien esto con el Evangelio, en que vemos al buen Pastor buscando a la oveja descarriada y cargando con ella sobre sus hombros, conduciéndola así al aprisco: representación que, después y ya en los siglos primeros, fue tan frecuente en la iconografía cristiana.

La Epístola nos aconseja también que andemos con cautela por causa del enemigo que anda al acecho, cual león rugiente, que busca a quien devorar. Pero, gracias a la fortaleza y a la confianza que la fe nos da, “nos ponemos totalmente en manos de Dios, pues Él cuida de nosotros” (Ep.), y nos pone al abrigo de todos nuestros enemigos (Grad.); es el protector de los que esperan en Él (Or.), y no abandona a los que le buscan (Ofert.).

Pero al recordar la suerte desastrosa de Saúl, que se envaneció con los dones de Dios, y le desobedeció temerario, sin querer reconocer sus yerros, “humillémonos delante de Dios” (Ep.)y digámosle: “¡Dios mío! considera mi miseria y ten piedad de mi” (Int.); y como quiera que sin Ti nada hay robusto, nada santo, haz que usemos de tal modo de los bienes temporales que no perdamos los eternos (Or.). Danos por fin en la tentación “firmeza inquebrantable” (Ep.).







Introitus - Respice in me





Mírame, Señor, y ten de mí compasión; porque estoy solo y pobre. Mira mi bajeza y
mis trabajos, y perdona todos mis pecados, Dios mío. (Salmo 24, 1-2).
A Ti, Señor, levanté mi alma. Dios mío, en Ti confío; no quede yo confuso. ℣. Gloria al Padre...





Graduale: Iacta cogitatum tuum






Pon tu pensamiento en el Señor, y Él te sustentará.
℣ Cuando llamé al Señor, escuchó mi voz, y me libró de los que me asaltaban.




Alleluia - Deus iudiex iustus



Aleluya, aleluya. ℣ (Salmo 7, 12) Dios, justo juez, fuerte y sufrido, ¿por ventura andará siempre airado? Aleluya.




Offertorium - Sperent in te omnes





Esperen en Ti cuantos conocen tu nombre, Señor, porque no abandonas a los que te buscan; cantad al Señor, que mora en Sión, porque no olvidó la oración de los pobres.





Communio - Ego Clamavi








Yo os digo: que habrá gran alborozo entre los ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia.


En la Ilustración: "El Buen Pastor", óleo de William Dyce (1786 - 1864).

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelentes las obras publicadas

Anónimo dijo...

También con los papanatas que nos da el Señor como para no irse ¿no?