Francisco le responde a Fellay

Mientras Bergoglio pierde la memoria

"Me clausuraron por ideología"

Estamos convencidos de que en el sermón de ayer 17 de Octubre en Santa Marta, el Papa Francisco ha respondido al discurso que Mons. Fellay pronunció en Kansas City, en el que dijo, entre otras cosas: "estamos frente a un auténtico modernista", al comentar unas declaraciones del Sumo Pontífice.

Pensaran nuestros lectores que es arriesgado afirmar tal cosa, pues el Papa podría referirse a cualquiera, siguiendo esa costumbre nada edificante de acusar en forma general sin identificar claramente a los que cometen las faltas que censura. Práctica que logra, lamentablemente, generar insidias y rumores que podrían evitarse si no hablara enigmáticamente.

Dirán nuestros lectores: "Médico, cúrate a ti mismo", pues estás suponiendo para afirmar. Pero nuestra deducción se basa en argumentos, a saber:

En primer lugar la "respuesta" se produce a dos días de que las declaraciones de Mons. Fellay alcanzaran los medios católicos.

Y, por otro lado, siento este el argumento principal, durante el pontificado de Bergoglio en Buenos Aires, como ya se dijo en este blog, a los que pedían comulgar de rodillas o que se implementara lo dispuesto en el Motu Proprio Summorum Pontificum, se les hacía saber que el respectivo pedido era motivado por "ideologia".

Y, como es natural, la expresión por antonomasia de "ideologismo", proviene de la Fraternidad San Pío X, que vendría a ser la mater et magistra de los restauracionistas pelagianos.

Pues bien, el Papa ha cargado la romana en su sermón de hoy, contra los que convierten a la fe en una ideología, con la cual luego asustan y alejan a la gente; transformando "el conocimiento de Jesús en un conocimiento ideológico e incluso moralista..."

Dejamos abajo el texto completo para que nuestros lectores juzguen; pero adviértase este detalle, al final del escrito el Papa dice:

"Cuando salió de allí (Jesús), los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas -son insidiosos- para sorprenderlo en alguna afirmación".

Justamente él se ha arriesgado a ser sorprendido en varias afirmaciones, como esa de la moral autónoma, que bordean la herejía, si es que no lo son.
Fellay lo único que ha hecho es decir lo que piensa una gran cantidad de personas que saben el catecismo.

Por otro lado, en este sermón el Papa acusó a los demás sin acordarse que, tal vez, se estuviera indicando a sí mismo; vemos:

Dijo que los que convierten la Fe en una ideología, se reconocen porque clausuran templos y luego guardan la llave en el bolsillo, de modo que, ni entran ellos ni dejan entrar a los fieles.
Es más, ni siquiera "el Señor que está dentro puede salir".
Comprendemos que las inusuales ocupaciones de un Papa hacen olvidar muchas cosas, alguna de las que nosotros recordamos.

En Buenos Aires hay un pequeñísimo templo muy conocido por Jorge Mario Bergoglio, quien si bien nació en la calle Varela 238, pasó a vivir, con alrededor de tres años de edad, a la Calle Menbrillar, distante tres cuadras de aquel humilde santuario.

En esa pequeñísima capilla, de 3,5 por 10 metros, el niño Jorge Mario realizó la catequesis de su primera comunión, que luego le fue administrada en la hermosísima Iglesia del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia, también en las cercanías, puesto que dificilmente se podría celebrar con dignidad un acontecimiento tal  en la humilde capillita.

Tal fue su cercanía con la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, que de ella se trata, que fue el Arzobispo de Buenos Aires quien se hizo presente en 2004, cuando el párroco local decidió reabrirla luego de 25 años, para celebrar allí la primera Misa.

Pasado el tiempo, Bergoglio tuvo la mala fortuna de que al párroco se le ocurriera confiar a un grupo de "restauracionistas ideologizados" el pequeño templo que, en poco tiempo y por gracia de Dios, se convirtió en faro de correcta liturgia y buena doctrina en el barrio de Flores; para molestia de muchos curas que veían con pasmo una multitud de jóvenes abarrotando la capilla, y que más tarde celebrarían su cierre.

Luego de cuatro años de éxito, el párroco se fue de la Arquidiócesis, diz porque se negaba a cumplir instrucciones "de lo alto" que exigían el fin de la aventura restauracionista.

El nuevo cura, Antonio Panaro, tardó menos de tres meses en generar una situación de tensión que llevó a la clausura del lugar, POR ORDEN DIRECTA DEL CARDENAL BERGOGLIO.

La excusa utilizada por el cura Panaro, que hoy tiene cerrada su Iglesia parroquial la mitad del tiempo (después hablan de los ideólogos), fue que los fieles habían sacado al Santísimo Sacramento, bajo palio (¡barbaridad restauracionista!) y con toda solemnidad, un Domingo de Corpus Christi, para que con su amorosa y real presencia bendijera las casas del barrio, entre ellas la ex del Papa Francisco, delante de cuya puerta pasó. (Ver explicación AQUÍ).

¿Quienes son, entonces, los que provocan que "el Señor que está dentro no pueda salir"?
Pues hace ya muchísimos años, tantos que se ha perdido la cuenta, que una procesión con el Santísimo Sacramento no sale a la calle en este barrio, ni en casi ninguno de la Ciudad. (Excepciones habrá, pero esta es la regla general).

Procesión similar a ésta causó el cierre de la Capilla

Hoy la capilla Sagrado Corazón de Jesús está clausurada, y sus instalaciones siguen deteriorándose por el nulo mantenimiento actual.
Servicio material prestado eficientemente en su momento por los expulsados "restauracionistas", que durante cuatro años no le había costado ni un centavo a la Iglesia.

Por eso le decimos al Papa, con caridad y respeto, si la enfermedad que ha descripto en su sermón, no estará actuando ahora en Roma como antaño en Bueno Aires.

Aquí el uso ideológico de la religión es lo que ha llevado a cerrar la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, sin que importara el destino de sus fieles.
Mucho nos tememos que sea lo mismo que causa, ahora desde Roma, la persecución actual contra los Frailes Franciscanos de la Inmaculada y los fieles que asisten a sus conventos, privados ilegalmente de un derecho que la Iglesia les confiere.

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La oración es la llave que abre la puerta de la Fe

Si un cristiano “se convierte en discípulo de la ideología ha perdido la fe”, lo dijo el Papa Francisco esta mañana en la misa en la Casa de Santa Marta. El Obispo de Roma puso en guardia a los cristianos de la actitud de tener “la llave en el bolsillo y la puerta cerrada, y reiteró que si no hay oración, se abandona la fe y se cae en la ideología y en el moralismo”.

“¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia!” El Santo Padre desarrolló su homilía partiendo de la advertencia de Jesús de la que habla el Evangelio de hoy. El Papa actualizó esta advertencia. “Cuando vamos por la calle y nos encontramos una iglesia cerrada - dijo - sentimos algo extraño”, porque “una iglesia que esté cerrada, no se entiende”. “A veces,” subrayó, “se nos dan explicaciones” que no son tales: “son pretextos, son justificaciones, pero la realidad es que la iglesia está cerrada y la gente que pasa no puede entrar”. Y, peor aún, “el Señor que está dentro no puede salir”. Hoy, agregó el Pontífice, Jesús habla de esta “imagen de la clausura”, es “la imagen de los cristianos que tienen la llave, pero la ocultan, no abren la puerta”. Peor aún, “se detienen en la puerta” y “no dejan entrar”, y al hacerlo, “ni siquiera ellos entran”. La “falta de testimonio cristiano - observó - hace esto” y “cuando ese cristiano es un sacerdote, un obispo o un Papa es peor”. Pero, se preguntó Francisco, ¿cómo es que un “cristiano cae en esta actitud de llave en el bolsillo y puerta cerrada?”.

“La fe pasa, por así decirlo, por un alambique y se convierte en ideología. Y la ideología no convoca. En las ideologías no está Jesús: su ternura, su amor, su docilidad. Y las ideologías son rígidas, siempre. Ideologías de todo tipo: rígidas. Y cuando un cristiano se convierte en discípulo de la ideología, ha perdido la fe: no es más un discípulo de Jesús, es un discípulo de esta actitud de pensamiento, de esto... Y por esto Jesús les dice: 'Ustedes se han llevado la llave de la ciencia’. El conocimiento de Jesús es transformado en un conocimiento ideológico e incluso moralista, porque estos cerraban la puerta con tantas prescripciones”.

Jesús nos lo dijo, continuó el Papa: “Ustedes cargan sobre los hombros de la gente tantas cosas, pero sólo una es necesaria”. Esto es por lo tanto el proceso “espiritual, mental” de los que quieren la llave en el bolsillo y la puerta cerrada:

"La fe se convierte en ideología y la ideología asusta, la ideología ahuyenta a la gente, aleja, aleja a la gente y aleja a la Iglesia de la gente. Es una enfermedad grave, la de los cristianos ideológicos. Es una enfermedad, pero no es nueva, ¿eh? Ya el apóstol Juan en su primera carta, hablaba de esto. Los cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías. Su actitud es: volverse rígidos, moralistas, especialistas en ética, pero sin bondad. La pregunta puede ser ésta, ¿no? ¿Por qué un cristiano puede volverse así? ¿Qué sucede en el corazón de aquel cristiano, de aquel sacerdote, de aquel obispo, de aquel Papa, que se vuelve así? Simplemente una cosa: aquel cristiano no ora. Y si no hay oración, tu siempre cierras la puerta”.

“La llave que abre la puerta a la fe - anotó el Papa- es la oración”. Y advirtió: “Cuando un cristiano no ora sucede esto. Y su testimonio es un testimonio soberbio”. “El que no ora es un soberbio, es un orgulloso, es uno seguro de sí mismo. No es humilde. Busca la propia promoción”. En cambio, afirmó, “cuando un cristiano ora, no se aleja de la fe, habla con Jesús”. Y, puntualizó “digo orar, no digo decir oraciones, porque estos doctores de la ley decían tantas oraciones” para hacerse ver. En cambio, Jesús dice: " Cuando ores, entra en tu habitación y ora al Padre en secreto, de corazón a corazón”. “Una cosa - dijo el Papa - es orar, y otra cosa es decir oraciones”.

“Estos no oran, abandonan la fe y la transforman en ideología moralista, la casuística, sin Jesús. Y cuando un profeta o un buen cristiano los reprende, hacen lo mismo que hicieron con Jesús: ‘Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas -son insidiosos- para sorprenderlo en alguna afirmación’. Ellos no son transparentes. Pobrecitos, son gente manchada por la soberbia. Pidamos al Señor la gracia, primero: de no dejar de orar, para no perder la fe: permanecer humildes, y así no nos cerraremos, gente que cierra el camino al Señor”. (RC-RV)

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