jueves, 25 de octubre de 2012

Monición - XXX Domingo durante el Año


Monición para el
XXX Domingo del Tiempo Ordinario


Jesucristo, Luz del Mundo

¡Oiga Aquí la homilía que resume esta monición!


Toda la historia de la Salvación, puede concebirse en términos de una lucha entre la Luz y las Tinieblas que va desde el Génesis, cuando su separación constituyó el primer acto de la Creación, hasta el Fin de los Tiempos en que el mismo Cordero será Luz de la Nueva Jerusalem.

Dios quiso revelarse no sólo como Creador de la Luz sino habitante inaccesible de la misma: de ella se viste,  en el esplendor del sol diurno se manifiesta, su Rostro providente y bondadoso, ilumina la historia de la humanidad, y su Juicio sobrevendrá como el fulgor de un vivo relámpago en la última hora.

Por eso, cuando nos alejamos de Él vuelven, como las tinieblas del Principio y las que rodearon el Calvario en su hora más negra, la locura, la mentira, la idolatría, la muerte, el infierno.

Decir que el Señor es Luz, significa afirmar que es la vida que nos hace pasar de las tinieblas a la luz: "En Él estaba la Vida y la Vida era la Luz de lo hombres".

Jesucristo es la luz-vida del mundo, y por eso el Bautismo, que nos da la vida divina, era antiguamente llamado "fotismós - iluminación".
Como dijo San Clemente de Alejandría al hablar sobre este Sacramento "el que acaba de ser regenerado, ha sido iluminado". Privilegio que para los cristianos es fuente de obligaciones: caminar por el mundo como hijos de la Luz.

La iluminación bautismal debe darle a la vida cristiana un carácter contemplativo que nos prepare, por la Fe y por la Gracia, para la Visión Beatífica.
Pidamos pues, al modo del ciego Bartimeo, que el Señor aumente nuestra fe débil y mortecina, para que nuestro trabajo se ordene a la contemplación, y al final de nuestras vidas podamos pasar de claridad en claridad, encandilados por toda la eternidad.


¡Por favor, deje su comentario!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Especialísima reflexión. En la tremenda y anticatólica diócesis de Rio IV, al menos tuviésemos un solo sacerdote "católico", que hable en sus discursos -no homilias ni nada parecido- de las cuestiones evangélicas y de las realidades celestes. Jamás lo hacen y sólo hablan en lenguaje impropio, burdo, y anticatólico. Gracias por el blog, es muy bueno y puede serlo aún más, incrementando el contenido Católico y formativo sobre la Fe verdadera! Juan M.