sábado, 30 de marzo de 2013

¡Sursum Corda - Arriba los Corazones!


Liturgia de la Palabra en el

Solemne Domingo de Resurrección

12 de Abril de 2009

R. P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ

(Audio - 26' 45")


Debajo se puede oír la Homilía


La oración conclusiva del Regina Coeli, antífona mariana que ha de cantarse en el Tiempo Pascual, enuncia la verdad central de nuestra Fe: "Gaudete et laetare Virgo Maria, Aleluya; quia surrexit Dominus vere, Aleluya" (Alégrate y regocíjate Virgen María, Aleluya; porque el Señor ha resucitado verdaderamente, Aleluya).

En la mañana del Domingo de Pascua, las nubes tenebrosas conque las fuerzas infernales habían envuelto el Gólgota, fueron disipadas para siempre por el fulgor inefable de la Resurrección de Jesucristo, Sol que nace de lo alto.
Hay que recordarlo hoy más que nunca en que la confusión invade las mentes de muchos encumbrados exegetas católicos.

Porque pese al modernismo de Bultmann y sus seguidores, que dan a la Victoria del Señor un sentido mítico, ideal, moral, que habría surgido en la afiebrada y temerosa mente de los discípulos, Cristo ha resucitado VERDADERAMENTE. Como ha quedado perfectamente demostrado por todas las apariciones que realizó el Señor, quizá previendo la incredulidad del mundo, que nos han sido atestiguadas por los más calificados testigos elegidos de antemano por Dios.

Este acontecimiento histórico, no es un hecho lejano en el tiempo del cual podamos desentendernos. Nos compete porque el Verbo resucitó primero el cuerpo que había asumido y, mediante él, nos resucitará a nosotros; convirtiendo este día en la alborada de nuestra esperanza.

La Resurrección debe también provocar cada año un cambio de vida, llevándonos a buscar los bienes del cielo. A ello se nos exhorta siempre al comenzar el Canon de la Santa Misa: "Sursum Corda - Levantemos el Corazón". Sepamos contestar con verdad: "Lo tenemos levantado hacia el Señor", muriendo diariamente al pecado y viviendo para Dios.


Oiga la Homilía con calidad CD





Oiga la Homilía con calidad Mono






La ilustración: "Cristo Resucitado", óleo del pintor napolitano Salvatore Rosa (1615-1673)

¡Por favor, deje su mensaje!

6 comentarios:

D dijo...

Si!, Sursum Corda!.
Lo había leído hace tiempo y lo encontré ahora parcialmente reproducido en el excelente blog Stat Veritas:

Que Dios os consuele. He sabido que no sólo os entristece mi exilio, sino sobre todo el hecho de que los otros, es decir los arrianos, se han apoderado de los templos por la violencia y entre tanto vosotros habéis sido expulsados de esos lugares. Ellos entonces poseen los templos. Vosotros en cambio la tradición de la Fe apostólica. Ellos, consolidados en esos lugares, están en realidad al margen de la verdadera Fe, en cambio vosotros, que estáis excluidos de los templos, permanecéis dentro de esa Fe. Confrontemos pues qué cosa sea más importante, el templo o la Fe, y resultará evidente desde luego, que es más importante la verdadera Fe. Por tanto, ¿quién ha perdido más, o quién posee más, el que retiene un lugar, o el que retiene la Fe? El lugar ciertamente es bueno, supuesto que allí se predique la Fe de los Apóstoles, es santo, si allí habita el Santo. Vosotros sois los dichosos que por la Fe permanecéis dentro de la Iglesia, descansáis en los fundamentos de la Fe, y gozáis de la totalidad de la Fe, que permanece inconfusa. Por tradición apostólica ha llegado hasta vosotros, y muy frecuentemente un odio nefasto ha querido desplazarla, pero no ha podido; al contrario, esos mismos contenidos de la Fe que ellos han querido desplazar, los han destruido a ellos. Es esto en efecto lo que significa afirmar: “Tú eres el Hijo de Dios vivo”. Por tanto, nadie prevalecerá jamás contra vuestra Fe, mis queridos hermanos, y si en algún momento Dios os devolviere los templos, será menester el mismo convencimiento: que la Fe es más importante que los templos.

Y precisamente una Fe tan viva suple para vosotros, por ahora, la devolución de los templos. No es que yo hable sin respaldo de la Escritura, por el contrario, os digo con énfasis que os conviene confrontar sus testimonios. Recordad precisamente que el templo era Jerusalén, y que el templo no estaba en el desierto cuando los enemigos lo invadieron. Los invasores venidos de Babilonia habían irrumpido como juicio de Dios, que probaba o que corregía y que, precisamente por medio de estos enemigos ávidos de sangre imponía castigo a los que lo ignoraban. Los extranjeros, pues, se posesionaron del lugar, pero éstos, en el lugar, negaban a Dios. Justamente porque no sólo no tenían respuestas adecuadas, ni las proferían, sino que estaban excluidos de la verdad.

Por tanto ahora también, ¿de qué les sirve tener los templos? Sí, efectivamente, los tienen, pero eso a los ojos de quienes se mantienen fieles a Dios indica que son culpables, porque han hecho cueva de ladrones y casas de negocios, o sitios de disputas vanas lo que antes era un lugar santo, de modo que ahora les pertenece a quienes antes no les era lícito entrar. Muy queridos, por haberlo oído de quienes han llegado hasta aquí, sé todo esto y muchas otras cosas peores; pero, repito, cuanto mayor es el empeño de éstos por dominar la Iglesia, tanto más están fuera de ella. Creen estar dentro de la verdad, aunque en realidad están excluidos de ella, prisioneros de otra cosa, mientras la Iglesia, desolada, sufre la devastación de estos supuestos benefactores.

San Atanasio el Grande, Padre y Doctor mayor de la Iglesia, Carta del año 356, Patrología Griega, tomo 26, col. 118/90.

Anónimo dijo...

Y sí, es una cuestión física del ser humano, cuando alguien no puede tragar algo, lo tiende a escupir... Eso es lo que está ocurriendo desde que Bergoglio se convirtió en Francisco. No les cae bien que se les resalte "cómo les duele", y nos acusan de ser sádicos, pero no hacen más que reflejar eso. Por lo demás, es más de lo mismo: Confrontación "ellos versus nosotros" dentro de la Iglesia, y obvio que la razón la tenemos "nosotros", y los herejes son "ellos". Básico. Lineal. Inconsistente con la realidad.

D dijo...

Que grande Atanasio!, profeta de estos tiempos.
Mil veces escuchar a los Padres antes que a estos defensores de lo indefendible como el repetitivo amigo del comentario anterior.

Vaya C-CEA no mas a leer las obras doctas de Müller y Kasper como recomienda F, que yo sigo con otros para nada ecuménicos como Don Atanasio.

Anónimo dijo...

Le aclaro que contra San Atanasio no tengo nada eh? Una pena que Ud. lo aplique mal y lo utilice del modo en el que lo hace...

D dijo...

No lo aplico mal, se llama typo y antitypo en el género profético y sin lugar a dudas ese magnífico texto de San Atanasio puede aplicarse a los tiempos que corren SIN lugar a dudas.

Anónimo dijo...

http://www.intereconomia.com/columna/papa-y-confusion-liturgica