R.P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ
(Audio - 15'26")
"Venid a Mí todos los que estáis afligidos y agobiados" dice el Señor, no solamente para invitar a los dolidos por aflicciones particulares de salud, psicología, etc., sino principalmente a los católicos que militan contra los errores del siglo, que no se conforman con la mediocridad, que reman sin cesar contra la corriente y que saben defender las verdades conculcadas aceptando la cruz y cargándola con generosidad sobre sus hombros. Éste por combatir leyes inicuas, aquél por manifestar su cristianismo sin respetos humanos, aquél otro por no tolerar la corrupción: docentes exonerados por ser fieles a la verdad, médicos en la calle por oponerse al aborto, sacerdotes marginados por su fidelidad al magisterio.(Audio - 15'26")
El Reino de Cristo se muestra pobre, débil y perseguido; aparece ante los demás como vejado y agobiado por el pesos de sus cruces. Pero bajo ese aparente llanto se oculta el verdadero tesoro de aquel Reino que, en su interior, se siente sereno y gozoso por vivir la esperanza, anticipo del Reino del consuelo y de la luz.
Enfrente se levanta el reino de este mundo, reino de fantasía e ilusión, de sensualismo y carcajadas, lleno de poder, monstruo gigantesco con pies de barro porque, como dice San Gregorio Magno, "Es un yugo áspero y una dura esclavitud el estar sometido a las cosas temporales, el querer estar siempre en lo que es inestable, el apetecer lo pasajero y el no querer pasar con lo que pasa."
La historia de la humanidad es la lucha entre estas dos ciudades. Seamos mansos y humildes de corazón para que el Señor nosn conceda la gracia de discernir, como la gente humilde del Evangelio, lo que está oculto a los sabios y prudentes según el espíritu del mundo.
Para comenzar a oír presione Play- Duración de la grabación:15' 26":
Enfrente se levanta el reino de este mundo, reino de fantasía e ilusión, de sensualismo y carcajadas, lleno de poder, monstruo gigantesco con pies de barro porque, como dice San Gregorio Magno, "Es un yugo áspero y una dura esclavitud el estar sometido a las cosas temporales, el querer estar siempre en lo que es inestable, el apetecer lo pasajero y el no querer pasar con lo que pasa."
La historia de la humanidad es la lucha entre estas dos ciudades. Seamos mansos y humildes de corazón para que el Señor nosn conceda la gracia de discernir, como la gente humilde del Evangelio, lo que está oculto a los sabios y prudentes según el espíritu del mundo.
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