martes, 9 de noviembre de 2010

Caso Sucunza - Novedades


Pedido al Tribunal que entiende en el Caso Sucunza


Hemos sabido de fuente muy segura, que se ha presentado un escrito en la causa que finalmente terminó con la ahora famosa sentencia de divorcio que involucra a Mons. Joaquín Sucunza, Vicario General de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Esta causa estaría ya archivada y, por ser de familia, solamente pueden consultarla los afectados en la misma.
Por lo tanto alguien que puede demostrar vinculación directa con el caso -¿el Obispo mencionado, o los familiares de los actores principales?- acaba de hacer una presentación en el expediente, quizá para que éste vuelva a letra a fin de ser minuciosamente revisado.
Hubo un comentario en el Blog que lideró la información sobre este caso, que avisaba sobre un reciente intento de mutilación que habría sufrido el expediente en su segundo tomo, impedido por la atenta vigilancia de un oficial de justicia.
Por si fuera verdad, esperemos que los empleados de Tribunales sigan manteniendo su atenta observancia sobre tan valioso material.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me parece barbaro que no se cierre esta investigacion: es necesario llegar al fondo de las cosas, y demostrar que el cardenal no va a "ganar" por cansancio, esto no funciona asi...
ademas, es hora de hacer ver que todos los catolicos son dormidos en el tiempo o serviles obedientes
es tiempo de ganar credibilidad y respeto

Carlota dijo...

Unas palabras que vienen a cuento, extraidas del libro Si y No de Monseñor Marcel Lefebvre sobre la base de un reportaje que le realizara el lúcido periodista José Hanu "...Miro a sus seminaristas Monseñor, no se lee en sus ojos ni el desarreglo de la decepciones sentimentales ni la inquietud ni el fanatismo... Parecen tan cómodos en su piele, que llevan la sotana con nobleza y naturalidad. esos jóvenes tienen un aire feliz.
Lo miro a usted mismo Monseñor. estoy impresionado, pues usted es un Obispo de seteta y un años, cuya vida entera fue leal al Papa y al Vaticano y, al que el Papa y el Vaticano han castigado tan severamente y con ruido, Usted debería estar aplastado o sublevado. pero está sereno. Mejor dicho: usted es la imagen misma, rarísima en nuestra época, de la serena firmaza. ... Entretanto dejeme dcirle ya mismo, siento el corazón oprimido cuendo pienso en todos esos católicos progresistas, nuestros hermanos, que lo han difamado; en los obispos que probablemente han confundido el viento de una moda político-religiosa con el soplo del Espíritu Santo..."
LO QUE FALTA DEMASIADO A MENUDO ES EL CORAJE.
M.L. " Mas nosotros comenzamos nuestro diálogo en las vísperas de Navidad, nuestra fiesta cargada de esperanzas... Yo anhelo pues, con todo mi corazón, que el año próximo vea por fin la solución de la crisis que sacude a la Iglesis, (Pobre Monseñor, año 1977) así nuestros jóvenes sacerdotes podrían ejercer su apostolado con las bendiciones y los alientos que les son debidos...
¿Cómo se puede llamar "rebeldes" a aquelos que siguen reglas y leyes forjadas por siglos? ¿Y "fieles" a aquellos que consideran bueno repudiar esas mismas reglas y esas mismas leyes, o que por debilidad, si no por demagogia , toleran esa
vergonzosa evasiva? Y más aún, ¿cómo se osa de calificar de "fieles" a aquellos que se pagan del último concilio, pero que llegan, de tumbo en tumbo,a dudar, hasta delante de las cámaras de televisión, de la divinidad y Realeza de Cristo? ¿Y de rebeldes a estos que, fuertes en su fe, comprueban que los padres del Concilio, en su solicitud por la "apertura al mundo", han redactado textos cuya imprecisión abrió la puerta a todas las fantasias, para decirlo con un eufemismo?..."
"...Pero lo que faltó, lo que falta es demasiado a menudo, la firmeza, el coraje, la abnegación en aquellos que tiene que ser rocas, les cueste lo que les costare. Piense, por ejemplo, en los seminaristas cuyo director de conciencia, después de haber enseñado , durante largos años, el sublime sacrificio del celibato, reniega, él mismo, de sus votos para ir a unirse a una divorciada (o casada en nuestro caso)en una capilla vecina. ¿Qué obispo , después de dejar pasar este "accidente" sin un grito de indignación, se atrevería a reprochar a los casados por quebrantar sus promesas de fidelidad?.
Yo hago mía la famosa divisa: "Yo me mantendre´" Y proclamo a los católicos a quienes a veces se les ha podido lavar el cerebro, pero no el corazón, sienten en lo más profundo de si mismos la Verdad eterna..."


Digo yo, son añares los que pasaron desde entonces y, nada a cambido, todo va de mal e peor.
Roguemos para la vuelta del Reinado de Cristo en nuestros corazones, en las familias, en la patria y el mundo entero.-