Seglares anglicanos mejor que sus pastores
Los anglicanos van de mal en peor, tal como tiene que ser cuando Pedro es abandonado. Han ido probando todas las innovaciones al uso del mundo, y se disponían a aprobar la ordenación de mujeres para el episcopado.
Al respecto, y antes de seguir, hagamos la siguiente aclaración. El 15 de Septiembre de 1896, el papa León XIII publicó la bula Apostolicæ Curæ por la cual estableció, con un juicio definitivo y que los católicos estamos obligados a recibir con la mayor obediencia como perpetuo, firme e irrevocable (1), que las ordenaciones de la Iglesia de Inglaterra eran inválidas:
"Así, pues, asintiendo de todo punto a todos los decretos de los Pontífices predecesores nuestros sobre esta misma materia, confirmándolos plenísimamente y como renovándolos por nuestra autoridad, por propia iniciativa y a ciencia cierta, pronunciamos y declaramos que las ordenaciones hechas en rito anglicano han sido y son absolutamente inválidas y totalmente nulas...".
Por lo cual estrictamente hablando, los anglicanos no tienen ni sacerdotes ni obispos, aunque últimamente en el Vaticano se los reciba vistiendo ornamentos episcopales. Por ello también, cuando un "sacerdote" u "obispo" pide ser aceptado en la Iglesia Católica, debe ser ordenado.
El relajo de los anglicanos llevó a que, una vez aceptada la ordenación de mujeres al sacerdocio, un sector tradicional importantísimo decidiera ingresar a la plena comunión católica, a través de un ordenamiento canónico especial brindado por el Papa Benedicto XVI que permite la erección de Ordinariatos Anglo Católicos.
Así las cosas, se supo que el Sínodo General Anglicano se disponía a votar la aceptación del episcopado para las mujeres. Especularon los medios especializados, que tal acontecimiento iba a acentuar más aún el éxodo hacia el Catolicismo de lo mejor de entre ellos.
Pero luego de horas de deliberaciones, el resultado fue negativo por la acción de la Cámara de los Seglares (laicos), que por poco no alcanzó la mayoría necesaria.
Téngase presente que las otras dos Cámaras, la de Obispos y Sacerdotes, se pronunció por la afirmativa. Téngase presente también que tanto el Arzobispo de Canterburry saliente como el entrante apoyan que las mujeres puedan ser obispos; habiendo dicho aquél, que por la negativa "La Iglesia de Inglaterra será un poco más irrelevante después de esto".
Pensarán Uds. para qué discuten tanto si no pueden ordenar a nadie; y tienen razón. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Lo triste es que nosotros los católicos nos asociemos a sus farsas recibiendo como tales a personas que se creen obispos, que se visten como obispos, que se hacen llamar así, pero que no lo son.
(1) Carta de León XIII al cardenal Richard (05/11/1896)
A continuación los detalles tomados del diario español ABC:
El sínodo de la Iglesia de Inglaterra ha rechazado esta tarde ordenar a mujeres como obispos. Los anglicanos llevaban doce años sumidos en un fuerte debate teológico, político y social. Y han tomado una decisión histórica después de una maratoniana jornada de discusión de casi diez horas, en las que se han sucedido más de cien turnos de palabra a favor y en contra de la medida. Entre quienes pedían el «Sí», el arzobispo de Canterbury saliente, Rowan Williams, y el nuevo «papa» anglicano, el obispo Justin Welby. «La Iglesia de Inglaterra será un poco más irrelevante después de esto», ha asegurado Williams minutos después de conocerse el resultado de la ajustada votación.
Ésta se consideraba la decisión más importante desde que se aprobó en 1992 el acceso de las mujeres al sacerdocio. Y ha provocado una importante brecha entre liberales y tradicionalistas en el seno de la Iglesia anglicana, como se ha visto a lo largo del apasionado debate en el sínodo. El rechazo a la ordenación de «obispas» se debe en realidad a la necesidad de obtener el apoyo de dos tercios de cada una de las tres cámaras que componen el Sínodo General: el colegio de obispos, el colegio del clero y el de los seglares. Tanto los obispos (con 44 votos a favor, tres en contra y dos abstenciones) como los clérigos anglicanos (con 148 a favor y 45 en contra) han dado su apoyo a la medida.
Pero, tal y como se esperaba, ha sido en la cámara seglar donde los votos no han sido suficientes: con 132 votos a favor y 74 en contra, la revolucionaria propuesta –masticada durante al menos doce años por los anglicanos– se quedaba a seis votos de los 138 necesarios. Tanto entre los clérigos anglicanos –donde las mujeres suponen ya un tercio– como entre los seglares, el voto femenino se ha dividido en torno a una cuestión que fractura la Iglesia de Inglaterra entre liberales y tradicionalistas.
El último sondeo de la empresa Comres, sin embargo, apunta a un apoyo mayoritario del 74% entre los fieles anglicanos a la medida. De hecho, 42 de las 44 diócesis de la Iglesia de Inglaterra apoyaban la ordenación.
Argumentos muy enfrentados El nuevo arzobispo de Canterbury, que asumirá su cargo en enero, ha atribuido «las muertes y el sufrimiento» en lugares como Gaza y Goma (Congo) a la «incapacidad de gestionar la diferencia». Y al pedir el voto favorable al sínodo, ha reivindicado que «los cristianos debemos encarnar una vida mejor», apuntando a su deseo de que la comunidad anglicana normalice la igualdad de las mujeres en el seno de la iglesia.
Por su parte, Williams –representante durante todo su mandato del ala más progresista– ha pedido a su iglesia que «complete el trabajo iniciado hace veinte años con la ordenación de mujeres como sacerdotes», y ha basado su «Sí» a la ordenación de mujeres como obispos a su deseo de que la Iglesia de Inglaterra «sea algo que se parece a Jesús».
En los sectores opuestos a la ordenación de mujeres como obispos, el reverendo Rod Thomas, vicario en una parroquia de Plymouth, ha criticado que la medida suponía «obligar a muchos miembros de esta iglesia a aceptar algo que no creemos que enseñe la Biblia». Muchos de los defensores del «No» consideraban insuficiente la «concesión» introducida en el proyecto, que permitiría el nombramiento de un delegado varón de una mujer obispo en aquellas parroquias que no acepten la ordenación de obispas».
«No es una propuesta de compromiso porque ha unificado en su contra a todo el espectro de tradicionalistas», ha denunciado el Simon Killwick, líder del llamado anglo-catolicismo. Evangélicos conservadores y esta rama minoritaria, defensora de los dogmas y ritos de la Iglesia Católica dentro de la Iglesia de Inglaterra, son los dos grupos que se han unido, con éxito, en su rechazo a la medida.
El voto del sínodo marca el futuro de una comunión que reúne a casi 80 millones de fieles, repartidos sobre todo en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y África. Dada su estructura descentralizada, la medida afectaba solamente a la Iglesia de Inglaterra. Las iglesias anglicanas de Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica ya cuentan con mujeres obispos. Ahora, el obispo Welby, en cuanto asuma su cargo como arzobispo de Canterbury, deberá gestionar una nueva fractura en una comunidad religiosa fuertemente dividida, además, por otra cuestión pendiente: el matrimonio homosexual.
«Sé que muchas mujeres sacerdotes se sentirán muy defraudadas, pero es importante tener en cuenta que la votación se perdió por unos pocos votos en la casa seglar y que obispos y clérigos están mayoritariamente a favor de la ordenación de mujeres como obispos», ha explicado el obispo de Norwich, Graham James, que ha expresado su «decepción». El colegio de obispos se reunirá este miércoles «desde primera hora de la mañana» para estudiar «cómo podemos avanzar como Iglesia», según James, quien se dirigió directamente a quienes han votado «No» para que reconsideren su postura.
"Así, pues, asintiendo de todo punto a todos los decretos de los Pontífices predecesores nuestros sobre esta misma materia, confirmándolos plenísimamente y como renovándolos por nuestra autoridad, por propia iniciativa y a ciencia cierta, pronunciamos y declaramos que las ordenaciones hechas en rito anglicano han sido y son absolutamente inválidas y totalmente nulas...".
Por lo cual estrictamente hablando, los anglicanos no tienen ni sacerdotes ni obispos, aunque últimamente en el Vaticano se los reciba vistiendo ornamentos episcopales. Por ello también, cuando un "sacerdote" u "obispo" pide ser aceptado en la Iglesia Católica, debe ser ordenado.
El relajo de los anglicanos llevó a que, una vez aceptada la ordenación de mujeres al sacerdocio, un sector tradicional importantísimo decidiera ingresar a la plena comunión católica, a través de un ordenamiento canónico especial brindado por el Papa Benedicto XVI que permite la erección de Ordinariatos Anglo Católicos.
Así las cosas, se supo que el Sínodo General Anglicano se disponía a votar la aceptación del episcopado para las mujeres. Especularon los medios especializados, que tal acontecimiento iba a acentuar más aún el éxodo hacia el Catolicismo de lo mejor de entre ellos.
Pero luego de horas de deliberaciones, el resultado fue negativo por la acción de la Cámara de los Seglares (laicos), que por poco no alcanzó la mayoría necesaria.
Téngase presente que las otras dos Cámaras, la de Obispos y Sacerdotes, se pronunció por la afirmativa. Téngase presente también que tanto el Arzobispo de Canterburry saliente como el entrante apoyan que las mujeres puedan ser obispos; habiendo dicho aquél, que por la negativa "La Iglesia de Inglaterra será un poco más irrelevante después de esto".
Pensarán Uds. para qué discuten tanto si no pueden ordenar a nadie; y tienen razón. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Lo triste es que nosotros los católicos nos asociemos a sus farsas recibiendo como tales a personas que se creen obispos, que se visten como obispos, que se hacen llamar así, pero que no lo son.
(1) Carta de León XIII al cardenal Richard (05/11/1896)
A continuación los detalles tomados del diario español ABC:
La Iglesia de Inglaterra rechaza ordenar "obispas"
por la oposición de los seglares.
El sínodo de la Iglesia de Inglaterra ha rechazado esta tarde ordenar a mujeres como obispos. Los anglicanos llevaban doce años sumidos en un fuerte debate teológico, político y social. Y han tomado una decisión histórica después de una maratoniana jornada de discusión de casi diez horas, en las que se han sucedido más de cien turnos de palabra a favor y en contra de la medida. Entre quienes pedían el «Sí», el arzobispo de Canterbury saliente, Rowan Williams, y el nuevo «papa» anglicano, el obispo Justin Welby. «La Iglesia de Inglaterra será un poco más irrelevante después de esto», ha asegurado Williams minutos después de conocerse el resultado de la ajustada votación.
Ésta se consideraba la decisión más importante desde que se aprobó en 1992 el acceso de las mujeres al sacerdocio. Y ha provocado una importante brecha entre liberales y tradicionalistas en el seno de la Iglesia anglicana, como se ha visto a lo largo del apasionado debate en el sínodo. El rechazo a la ordenación de «obispas» se debe en realidad a la necesidad de obtener el apoyo de dos tercios de cada una de las tres cámaras que componen el Sínodo General: el colegio de obispos, el colegio del clero y el de los seglares. Tanto los obispos (con 44 votos a favor, tres en contra y dos abstenciones) como los clérigos anglicanos (con 148 a favor y 45 en contra) han dado su apoyo a la medida.
Pero, tal y como se esperaba, ha sido en la cámara seglar donde los votos no han sido suficientes: con 132 votos a favor y 74 en contra, la revolucionaria propuesta –masticada durante al menos doce años por los anglicanos– se quedaba a seis votos de los 138 necesarios. Tanto entre los clérigos anglicanos –donde las mujeres suponen ya un tercio– como entre los seglares, el voto femenino se ha dividido en torno a una cuestión que fractura la Iglesia de Inglaterra entre liberales y tradicionalistas.
El último sondeo de la empresa Comres, sin embargo, apunta a un apoyo mayoritario del 74% entre los fieles anglicanos a la medida. De hecho, 42 de las 44 diócesis de la Iglesia de Inglaterra apoyaban la ordenación.
Argumentos muy enfrentados El nuevo arzobispo de Canterbury, que asumirá su cargo en enero, ha atribuido «las muertes y el sufrimiento» en lugares como Gaza y Goma (Congo) a la «incapacidad de gestionar la diferencia». Y al pedir el voto favorable al sínodo, ha reivindicado que «los cristianos debemos encarnar una vida mejor», apuntando a su deseo de que la comunidad anglicana normalice la igualdad de las mujeres en el seno de la iglesia.
Por su parte, Williams –representante durante todo su mandato del ala más progresista– ha pedido a su iglesia que «complete el trabajo iniciado hace veinte años con la ordenación de mujeres como sacerdotes», y ha basado su «Sí» a la ordenación de mujeres como obispos a su deseo de que la Iglesia de Inglaterra «sea algo que se parece a Jesús».
En los sectores opuestos a la ordenación de mujeres como obispos, el reverendo Rod Thomas, vicario en una parroquia de Plymouth, ha criticado que la medida suponía «obligar a muchos miembros de esta iglesia a aceptar algo que no creemos que enseñe la Biblia». Muchos de los defensores del «No» consideraban insuficiente la «concesión» introducida en el proyecto, que permitiría el nombramiento de un delegado varón de una mujer obispo en aquellas parroquias que no acepten la ordenación de obispas».
«No es una propuesta de compromiso porque ha unificado en su contra a todo el espectro de tradicionalistas», ha denunciado el Simon Killwick, líder del llamado anglo-catolicismo. Evangélicos conservadores y esta rama minoritaria, defensora de los dogmas y ritos de la Iglesia Católica dentro de la Iglesia de Inglaterra, son los dos grupos que se han unido, con éxito, en su rechazo a la medida.
El voto del sínodo marca el futuro de una comunión que reúne a casi 80 millones de fieles, repartidos sobre todo en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y África. Dada su estructura descentralizada, la medida afectaba solamente a la Iglesia de Inglaterra. Las iglesias anglicanas de Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica ya cuentan con mujeres obispos. Ahora, el obispo Welby, en cuanto asuma su cargo como arzobispo de Canterbury, deberá gestionar una nueva fractura en una comunidad religiosa fuertemente dividida, además, por otra cuestión pendiente: el matrimonio homosexual.
«Sé que muchas mujeres sacerdotes se sentirán muy defraudadas, pero es importante tener en cuenta que la votación se perdió por unos pocos votos en la casa seglar y que obispos y clérigos están mayoritariamente a favor de la ordenación de mujeres como obispos», ha explicado el obispo de Norwich, Graham James, que ha expresado su «decepción». El colegio de obispos se reunirá este miércoles «desde primera hora de la mañana» para estudiar «cómo podemos avanzar como Iglesia», según James, quien se dirigió directamente a quienes han votado «No» para que reconsideren su postura.
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7 comentarios:
Laicos con más cabeza que sus pastores!
Bueno, una mujer obispo no sería un tema tan delicado y tan grave. Peor sería continuar empecinados en prohijar pedófilos.
Es que haciendo obispos a las mujeres no vamos a solucionar el tema de los pedófilos. Si acaso va a haber más porque las mujeres también pueden abusar y mucho cuando se las saca del contexto en el que tienen que estar.
"El contexto en el que tiene que estar"???? En qué siglo vive, don? Además, dónde expresa el anónimo la relación entre las eventuales obispos y la pedofilia? O sea que no sabe ni leer entre lineas y además opina como un imbécil?
Doña:
Parece que Ud. no puede opinar sin insultar.
El ser mujer o varón va más allá de los tiempos. Jesucristo no consideró adecuado ordenar mujeres porque no les corresponde el oficio propio del padre, que es el del pastor.
Escribí el contexto porque me acordé de la experiencia negativísima que han tenido algunos ejércitos al poner féminas en el frente de batalla; donde la mujer ha demostrado una crueldad sin límites (no es ese su lugar simplemente, porque está hecha para la vida y no para la muerte).
Saludos y modérese, porque está en la naturaleza de la mujer opinar en un blog educadamente.
Juancito, revise sus argumentos, si?
Juan, estoy completamente de acuerdo contigo. Está debe ser una tortillera izquierdista Que solo busca defamar sin argumento.
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