Bergoglio retó en público a sus propios curas

Los llamó hipócritas, clericalistas y mundanos

¿Puso a la Iglesia en la picota para que lo aplaudan?

Eminencia: ¿Se quiso referir veladamente a esto?

Pocos días después de que un conocido travesti hiciera bautizar a sus "hijos" en una de las más tradicionales y cotizadas Iglesias de Buenos Aires, apelando a un sacerdote de la diócesis de San Isidro porque ni en la parroquia del Socorro y en el Pilar quisieron efectuar el bautismo, nos enteramos de que "en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos..."

Por supuesto, se nos advertirá en seguida que la frase dicha por el Cardenal Bergoglio en la misa que acaba de clausurar el Encuentro de Pastoral Urbana de la región pastoral de Buenos Aires (Ciudad y Conurbano), en la Universidad ex Católica Argentina y ante delegados de las 11 diócesis que la conforman, es más larga, pues el Cardenal efectivamente dijo: "Con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio".

Según el reporte, estas palabras fueron recibidas con fuertes aplausos, luego de lo cual agregó: "Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen", cuestionó. Para terminar diciendo:

"No a la hipocresía. No al clericalismo hipócrita. No a la mundanidad espiritual. Porque esto es demostrar que uno es más empresario que hombre o mujer de evangelio".

Tal como es su costumbre, el Cardenal acaba de estampar un nuevo neologismo. Ahora junto a "hacete misericordiar por Dios", se ha definido que "devolver el hijo al remitente" significa abortar. Humor porteño tiene, hay que decirlo.

En primer lugar, no es fácil creer que la denuncia del Cardenal comprometa a muchos curas, más bien se tratará de alguna excepción. Porque por regla general, sus presbíteros se caracterizan por la manga ancha. ¿Acaso el bautismo de los "hijos" del travesti no ha quedado registrado en los libros de una de sus parroquias, siendo que ni padres ni padrinos cumplen con lo que pide la Iglesia? ¿Por ventura no se conocen miles de casos de hijos de personas que viven en concubinato que son bautizados? Nunca hemos oído que lo que él dice sea un problema serio; quizá algún caso aislado.

Además Mons. Bergoglio habla como si no fuera el Jefe de la Iglesia local, cuya severidad hacia los curas que de él disienten, como por ejemplo los que se atrevieron a desafiar su Ley Seca prohibitiva de la misa Tradicional, los ha llevado al ostracismo.

Si fuera cierto lo que dice, es su culpa, porque se sabe muy bien que su servicio de información es lo suficientemente aceitado para que "no vuela un chajá en la pampa sin que lo sepa el Sr. Cardenal".

En esto se parece, como en otras cosas, a su finado mentor el cardenal Martini que póstumamente, a través de un reportaje, nos acaba de decir que la Iglesia está 200 años atrasada, que hay que dejar la pompa, bla, bla, bla; sin advertir que él ha sido una de las personas que más poder e influencia tuvieron en los últimos 30 años, y que vivió y disfrutó de las comodidades y los placeres que ese poder tiene anejo.

Por otro lado, por qué no llamó a los sacerdotes que así obran para corregirlos en privado, no a través de declaraciones públicas que ponen a la Iglesia en la picota. ¿O acaso pensó que no llegarían a los medios? Basta ver los comentarios que dejan en los periódicos digitales que traen la noticia; lapidarios para la Iglesia, complacientes... para él.

¿No será que el mismo modo de ser que lo lleva a callarse la boca, o a hablar con torpes eufemismos, frente a la ofensiva más terminante y efectiva que el poder político haya lanzado sobre el Cristianismo, desde la fundación de nuestra Patria, al mismo tiempo lo induzca a hablar demagógicamente en busca del aplauso fácil? Esperemos que sea eso y no el deseo de dañar a la Iglesia con sus palabras, lo cual ha conseguido sin duda alguna.

El Sr. Cardenal acusa de hipócritas a sus curas que, según él no bautizan a los hijos de madres solteras, insinuando que llevan mala vida. ¿Cómo se llamará la actitud de un pastor que por eso reprende a sus hijos en público, cuando él persigue tenaz e ilegalmente a la Tradición, mientras da rienda suelta al más descarado progresismo? 

Dice que tales curas son más empresarios que hombres de fe. ¿Pero cómo se llamará a un Pastor que ha destruido una comunidad religiosa bicentenaria, para administrar sus cuantiosos bienes que de otro modo no pudo conseguir?

Respóndalo Ud. querido lector.

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