martes, 5 de marzo de 2013

Monición para el Domingo de Lætare


Monición para el IV Domingo de Cuaresma

Domingo de Lætare o de la Rosa

10 de Marzo de 2013

(Audio: 03' 05")


Para oír la monición, despliegue esta entrada

En el introito de la Santa Misa de este IV Domingo de Cuaresma, la Iglesia quiere alegrar y reconfortar a sus hijos que ayunan con las siguientes palabras:

"Lætare, Jerusalem, et conventum facite, omnes qui diligitis eam: gaudete cum lætitia, qui in tristitia fuistis; ut exsultetis, et satiemini ab uberibus consolationis vestræ".

"Alégrate, Jerusalén, y regocijaos con ella todos los que la amáis; gozaos los que estuvisteis tristes; para que os llenéis de júbilo y recibáis los consuelos que manan de sus pechos".

Así como el Domingo "Gaudete", que significa Regocijaos, nos anima durante el Adviento a proseguir con generosidad nuestra laboriosa preparación a las fiestas de Navidad; así también el Domingo "Lætare", Alegraos, señala un descanso en la carrera cuaresmal.

La Iglesia quiere que brille en nuestras almas el rayo de alegría que parte del Calvario, que es la esperanza nuestra, para animarnos a perseverar en la lucha contra el demonio, la carne y el mundo, hasta tanto llegue la santa Pascua.

Por eso el celebrante puede cambiar a rosa el color morado de sus ornamentos, por eso reaparecen las flores sobre el altar, y el órgano deja oír sus acordes con mayor generosidad. Todo indica que es éste un domingo excepcional dentro de la Cuaresma: un día de asueto y santa expansión.

Es tiempo de preguntarnos si estamos cumpliendo debidamente las observancias de la Cuaresma; si hemos rezado más intensamente, si hemos ayunado, si hemos hecho limosnas y si hemos vivido con cierto recogimiento apartándonos de las habituales diversiones mundanas. Si aún no lo hemos hecho, suplamos la falta en lo que resta para finalizar la Cuaresma.

Mencionemos también que en este IV Domingo de Cuaresma, y en lo que puede considerarse un anuncio poético de la proximidad de la Pascua Florida, el Papa bendice y unge con el Santo Crisma la llamada Rosa de Oro; condecoración establecida por el Pontífice León IX en el año 1049, y que se otorga a católicos prominentes, así como también a advocaciones de la Santísima Virgen María. Por eso este Domingo es también llamado "Domingo de la Rosa".

Místicamente representa esta rosa a Jesucristo resucitado, como lo explican los varios discursos pronunciados por los Papas en esta ceremonia que antiguamente se celebraba en el Palacio de Letrán; residencia habitual de los Papas, desde donde el Pontífice, montado a caballo, con la tiara solemnemente colocada sobre su cabeza y acompañado por el Sacro Colegio y el público de la Ciudad, llevaba la Rosa bendita a la iglesia de la de Santa Cruz de Jerusalén.

Durante sus 27 años de pontificado el Papa Juan Pablo II entregó sólo 8 Rosas de Oro, y todas a Santuarios Marianos. Uno de los cuales fue el Santuario de la Patrona de los Países Rioplatenses, Nuestra Señor de Luján, a quien hizo el obsequió durante su visita de 1982. (Ver imagen abajo)

Oiga la Monición en Estéreo





Rosa de Oro Obsequiada por Juan Pablo II
a la Virgen de Luján, el 11 de Junio de 1982



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1 comentario:

Página Católica dijo...

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