viernes, 10 de junio de 2011

Poniendo humor a la desgracia


Mons. Zecca: el Schocklender de Bergoglio


No deja de sorprender la agudeza y el buen humor demostrado por el editor de Panorama Católico Internacional, al titular la nota que copiamos abajo.

Para los que no estén al corriente de los últimos acontecimientos políticos en la Argentina, diremos que se está ventilando en estos momentos un affaire, que aunque sospechado por todos desde tiempo atrás, acaba de llegar a manos de la Justicia.

Sergio Schocklender tuvo la desgracia de matar, junto a su hermano, a sus ricos progenitores cuando era sólo un muchacho. Cumpliendo una larga condena por parricidio, se recibió de abogado, razón por la cual quizá la misma haya sido abreviada hasta ponerlo de nuevo en circulación.

Se vinculó al grupo de Madres de Plaza de Mayo el cual, al ascender el Kirchnerismo al poder, alcanzó importancia capital tanto para el régimen, que hizo del pañuelo blanco una bandera, como para sí mismo, puesto que le fueron confiadas ingentes sumas de dinero del erario público, diz que para construir viviendas económicas y otras yerbas.

Algunos recordarán que, cuando el entonces nuevo gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encabezado por el Ing. Macri llegó al poder, la Sra. Bonafini -jefa de este grupo económico, y "madre" por excelencia para la progresía política-, protestó por la demora en la entrega de unas de esas partidas de dinero: ¡defecando en el presbiterio de la Catedral Metropolitana! Acto que, ipso facto, fue considerado como no sacrílego por nuestro Arzobispo el Sr Cardenal.

Como brazo derecho de la "madre", Schoklender pudo hacer y deshacer con esos dinerillos, que se cuentan por millones de dólares, de modo tal que está siendo ahora investigado por los jueces, con grave perjuicio para el gobierno que lo apañó, y para la misma "madre" que difícilmente salga indemne del asunto.

"Madre" que, por otro lado, ya ha rechazado a su hijo pródigo diciendo que siempre tuvo sangre burguesa, recuérdese que sus padres eran adinerados, la que tarde o temprano tenía que despertar desde sus venas. ¡Cómo si ella pudiera ignorar lo que él estaba haciendo!

Vamos pues al artículo de nuestro colega Marcelo González:



La desdichada designación del ex decano de la UCA como arzobispo del Tucumán confirma nuevamente el poder de los sectores mafiosos en la Iglesia.

Zecca fue ternado reiteradamente, y al final su designación salió como por trámite. Su impulso a una arquidiócesis histórica, en un sector tradicional de la Argentina es una verdadera calamidad espiritual y posiblemente material, porque Zecca en reconocido manirroto, por decirlo suavemente.

Ahora bien, después de su gestión en la UCA, que por lo bajo se estima llevó a un agujero negro una veintena de millones de dólares (presuntamente inversiones en la pirámide de Bernie Madoff, que de pirámide terminó en pozo sin fondo), más vida rumbosa, viajes y presencia solo protocolar (por decirlo suavemente), apenas si generó una asordinada ola de indignación. La emblemática universidad de la Iglesia argentina, que goza del título de “pontificia”, ha decaído mucho más en todo orden durante su gestión.

Cabe preguntar por qué estos personajes de tan poco vuelo, aunque de muchos “vuelos”, llegan a tal grado de poder como para hacer tropelías, y a tal grado de impunidad para escapar a sus consecuencias. Más aún, a tal grado de influencia que se hacen designar en cargos para los que el Derecho eclesiástico pide hombres sabios y virtuosos.

Y la respuesta parece relacionarse con quienes bajo su gestión (es un modo de decir) han utilizado la impresionante capacidad económica de la UCA para hacer circular dineros.

En definitiva, Zecca fue un personaje necesario para que otros se enriquezcan o alcancen puestos de poder e influencia. Por sobre todo, para permitir a otros hacer…

Más que una “mala designación” del Papa, parece evidente que es una nueva maniobra del ala mafiosa del Vaticano, que lo colocó en “bandeja de salida” a fin de que no bien se cumplieran ciertos requisitos la designación saliera por vía burocrática. Zecca es un personaje menor, pero hay que “colocarlo” para que guarde prudente discreción. El premio que reciben los agentes fieles de parte de sus patrones.

Si quieren saber quien lo promovió a Zecca, no duden que ha sido un grupo económico. Si buscan los nombres, al menos algunos de ellos, los encontrarán con facilidad en la web.

Las relaciones más oscuras se conocerán el día que Zecca pierda el estribo y arrastre a sus protectores. Como en el caso Schoklender, habrá un parricidio. O tal vez un accidente lamentable para impedirlo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hagamos urgente, como hicieron los franceses, una carta a roma pidiendo obispos como la gente!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Yo diría mejor que hagamos como los Choklender...
Es más rápido y muy eficaz.
Total, la carta de condolencias siempre hay tiempo para mandarla.
Jaimito el destripador.

Anónimo dijo...

Yo diría mejor que hagamos como los Choklender...
Es más rápido y muy eficaz.
Total, la carta de condolencias siempre hay tiempo para mandarla.
Jaimito el destripador.

Padre Nicolás Ortiz dijo...

Se les fue la mano conla comparación. Ustedes tirán veneno por todos lados, preguntenle al Padre Torquiaro o al Padre Alfredo si procederían de este modo ventilando publicamente ciertas apreciaciones que nadie sabe si son verdad o no. No les parece que tocan la raya de cometer pecado grave con esta argumentaciones. Es verdad o sólo tocan de oidas. Guarda.
Yo también soy sacerdote y no me gustaría que me traten como Schoklender... Guarda...

Página Católica dijo...

Padre:
La comparación de Panorama es una ironía, y en ese sentido debe ser tomada. No creo que nadie la haya tomado literalmente. Ud. sabe cómo es el humor porteño.
Nadie puede negar que la UCA ha cambiado de la mano de Mons. Zecca y, en la opinión de varios, para peor. Tanto en el aspecto doctrinal, que es lo más importante para un futuro obispo, como en el aspecto económico.
No es pecado, entonces, opinar que el candidato no es idóneo y que esto no colabora a la restauración de la Iglesia en la Argentina, sino al contrario, suma más de los mismo que causó su ruina.

Anónimo dijo...

La iglesia necesita una reforma urgente, eso es evidente. Creo que tenemos que reformar en nosotros lo que detestamos en los demás. Y que Dios tenga misericordia de Argentina, por favor! No hemos hecho nada para merecer estos obispos