lunes, 6 de junio de 2011

Aniversario doloroso

A un año de la clausura de la Capilla



Desplegando esta entrada se puede ver el video de la Misa Tridentina, prohibida después por el cardenal Bergoglio.


El 6 de Junio del pasado año, cuando terminaba la Solemnidad de Corpus Christi, furias diabólicas se desataron sobre la feligresía de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús de Buenos Aires. Un hombre extraviado, a quien difícilmente se podría distinguir como sacerdote católico, apareció de improviso e interrumpiendo el canto a la Santísima Virgen, se puso a increpar a sus fieles que no entendían lo que estaba pasando.

Pero: ¿cuales serían los pecados de aquella gente? Muchos, según la mente y el corazón del progresismo que gobierna la Iglesia en Buenos Aires. Pero todos se pueden resumir en pocas palabras: su apego a la verdadera liturgia católica que, con tanto empeño, está intentando restaurar el Santo Padre Benedicto XVI.

No se podía tolerar que un foco infeccioso pudiera contaminar la vecindad con la Comunión de Rodillas, el Canto Gregoriano, el Canon Romano dicho en Latín, etc., restaurados antes aún de saberse que el Papa estaba interesado en revivirlos.

No se podía tolerar la gran cantidad de jóvenes que, domingo tras domingo, colmaban el pequeño templo, atraídos por la tradición, la piedad, y la buena prédica, mientras los curas porteños no saben ya qué hacer para poner un punto negro entre las blancas nieves de las escasas cabelleras.

No se podía tolerar que el Santísimo Sacramento fuera sacado solemnemente (bajo palio: ¡que barbaridad!) dos veces por año, para bendecir con su amorosa presencia las calles del barrio, que se veían privadas de Él desde hace muchísimos años.

No se podía tolerar la prédica clara, vibrante, sin ambages y estrictamente católica del R.P. Dr. Alfredo Sáenz, sj, de internacional prestigio, que dio lustre con su piadosa presencia y su sabiduría, a esa humilde capilla de barrio.

Ni se podía seguir permitiendo que otros varios sacerdotes, íntegros y decididos, pasaran a formar parte del elenco que atendía a su feligresía; al mismo tiempo que daban rienda suelta allí a sus ansias de liturgia tradicional. No fuera que al final se terminara contaminando también a los curas salidos del seminario de Devoto.

Y, por sobre todo, no se podía perdonar que esa comunidad hubiera conseguido de su anterior párroco, hoy exiliado, ¡la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum a sólo un mes de publicado! Eso jamás lo podía olvidar el Cardenal Bergoglio, que viene practicando un plan de boicot a la voluntad del Sumo Pontífice en aquel documento expresada.

Por todo eso, aquella Solemne Misa de Corpus Christi fue la última.

Hoy la Capilla Sagrado Corazón está cerrada. Mientras las sectas protestantes tocan con insistencia los timbres de las casas, su campana ha sido llamada a silencio por la Jerarquía y, para mayor seguridad, ha sido donada vaya uno a saber a quién.

El padre Antonio Panaro, que mereció el apodo de "destructor de Villa del Parque" por el tratamiento que le dio a la Iglesia San José del Talar, su anterior parroquia, ha regalado también las pocas imágenes que quedaban en la Capilla. El edificio, que antes mantenían los fieles de su propio bolsillo en perfectas condiciones, muestra señales de deterioro por el nulo mantenimiento.

Pero ese no es el daño mayor, hay que ver la desazón y tristeza mortal de numerosos corazones, para saber hasta dónde llega la maldad de esta gente. Hay que ver el desaliento de muchos jóvenes que no logran entender cómo se los castiga por hacer el bien. Hay que contener para evitar que la desilusión mate la fe. Hay que explicar lo inexplicable a los vecinos, aún los que no concurrían habitualmente, que no entienden cómo la Iglesia se combate a sí misma. ¡Cómo explicarles el cisma pavoroso que la divide en los hechos, y el odio inextinguible que el progresismo destila hacia la Tradición!

Las previsiones, que con las siguientes palabras se hicieron el año pasado desde este blog, se han cumplido con exceso:
"Ya no habrá campanas al vuelo llamando a Misa, ni se oirá la cálida armonía del canto gregoriano conque las voces de los fieles colmaban el pequeño recinto; las vacilantes y suaves luces de los cirios darán lugar a la penumbra de los vitrales; las volutas de incienso que ascendían con el ángel que lleva hasta el altar del cielo a la Divina Víctima, serán reemplazadas por el aire enrarecido y húmedo de los lugares cerrados y vacíos..."

Desde aquí, queremos pedir a nuestros lectores oraciones por la pronta apertura de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús (lo cual sería un milagro patente), al mismo tiempo que la homenajeamos recordando el momento en que, luego de muchísimos años, refulgió fugazmente el solemne rito Tridentino entre sus antiguos muros.



Misa Tridentina celebrada el 14 de Octubre de 2007



Esa misma tarde el Cardenal Bergoglio mandó suspender la celebración prevista para el 28 de Octubre de 2007, Solemnidad de Cristo Rey.
En Noviembre de ese año, el entonces párroco informó a la feligresía que no se podría continuar con las celebraciones por mandato del Arzobispo de Buenos Aires. Prohibición que continúa hasta el día de hoy.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

YO NO CONOZCO AL P. PANARO.
Tampoco soy "tradicionalista" y estoy en esta pagina por casualidad. Pero conozco la Doctrina y el Magisterio, y el Motu Proprio Summorum Pontificum. También a los sacerdotes formados en la Argentina de los 70 y 80. Y no me extraña que tenga o haya tenido tan buena onda con los jóvenes. Como tampoco me extrañaría que no tuviera la Doctrina Católica completamente clara. Por las obras se conocen las personas, y un sacerdote que actúa de esta manera, sencillamente no es sacerdote católico, aunque haya recibido la ordenación y celebre la Eucaristía.
Que para ser católico no bastan los sacramentos, sino la íntima union con la recta Doctrina, el Papa y el Magisterio (para mayor info referirse al Cod. Derecho Canonico 1364). Interrumpir una acción litúrgica valida y lícita, es un acto llanamente deplorable y condenado por la Iglesia (ver Redemptionis Sacramentum, n.172) tanto para el como para el Obispo, si lo hizo con su autorización.
A.Hoese

Anónimo dijo...

Coincido con lo expresado por Página Católica. Y me gustaría que inviten al Cardenal Bergoglio a dar su punto de vista fundamentado sobre su proceder.

Página Católica dijo...

El Cardenal Bergoglio está invitado a dar su punto de vista, por supuesto.
Pero todos los que estamos interesados en la Misa Tridentina sabemos que él ha designado exclusivamente dos iglesias para esa celebración y no creemos que cambie su punto de vista.
Por otro lado, en una de esas iglesias se celebra una sola vez al mes, una mezcla de Novus Ordo-Misa Tradicional, como ya se relató en este blog.
En la otra, la iglesia del Carmen, es lo mismo.
Es decir, que no hay Misa Tridentina en Buenos Aires.