Monición para el III Domingo de Cuaresma
27 de Marzo de 2011
Este domingo, III de Cuaresma, el Señor nos habla de las realidades espirituales por medio de figuras basadas en elementos que nos rodean.
El agua, que en la tradición bíblica tiene un claro significado, es ante todo símbolo de la fecundidad. La Sagrada Escritura recurre con frecuencia a esta imagen, para expresar el misterio de la relación entre Dios y el hombre: apartarse de Él es morir de sed.
Es, también, símbolo del Espíritu de Dios, cuya acción divina es comparada a la lluvia que fecunda la tierra.
El agua, asimismo, es la vida de Israel, tanto en el plano natural como en el sobrenatural. Y en continuidad con el Antiguo Testamento, Jesús nos anuncia que ha venido a traer a los hombres las aguas vivificantes prometidas por los profetas.
Finalmente, el agua viva es el símbolo de la fidelidad sin término de los elegidos.
Al acercarse al pozo de Jacob, nuestro Señor está cansado de las fatigas del camino, pero de su espíritu, sediento de la gloria de su Padre y del amor de los hombres, brota la oferta del agua de la vida sempiterna.
La samaritana, al principio, entiende el ofrecimiento del Señor como un beneficio puramente material. Él, en cambio, le estaba ofreciendo el don divino que, penetrando enteramente al hombre, desarrolla en él su fuerza vivificante y satisface sus ansias mas profundas.
Enseguida, como tierra sin agua, esta mujer se dejó fecundar por la gracia divina, y una vez transformada en manantial de agua viva, anunció a los sedientos que para todos está disponible el agua que puede saciar toda sed.
2 comentarios:
que bueno que exista esta pagina catolica gracias dios x perrmitirnos compartir toda nuestra fe y que siga cresiendo ....
Muchas gracias Pequitas, rece por esta obra.
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