Monición para el Quinto Domingo de Pascua
Jesucristo, Camino, Verdad y Vida
22 de Mayo de 2011
Ante los hechos que se avecinaban, y viendo la tristeza que ha provocado el anuncio de su Pasión, el Señor quiere consolar y alentar a los apóstoles, con este texto del Evangelio que se lee el Quinto Domingo de Pascua, tomado de uno de los discursos que pronunció durante la Última Cena. Si se iba, era para prepararles un sitio entre las mansiones celestiales del Padre, pero luego volvería a fin de llevarlos con Él.
Pero, ante la pregunta de Tomás que confiesa no saber a donde va su Señor ni, menos aún, cuál es el camino que ha de tomar, Jesucristo proclama magistralmente su condición de Camino, Verdad y Vida. Pues desde toda la eternidad, el Verbo es, en el seno de la Trinidad Santísima, la Sabiduría, la Palabra y la Verdad eterna que, en la plenitud de los tiempos, vino al mundo para dar el debido testimonio.
El Señor es la Vida que anhela hacerse vida nuestra vivificando nuestro ser. Por eso, en medio de un mundo que, creyendo haberse liberado de la Ley de Dios se ha convertido en esclavo del pecado, hay que resaltar el valor de la Gracia (Vida divina), que es el único bien absoluto de nuestra existencia.
Finalmente, Jesucristo es el Camino, no un camino entre muchos, sino el único que conduce a la verdad y la vida, es decir, al Cielo.
Pidamos al Señor de la Vida, que nos permita seguir siempre el itinerario que Él nos ha abierto con la sangre derramada en la Cruz, para que podamos alabarlo un día con todos los ángeles y los santos en las mansiones celestiales de nuestra Patria definitiva.
Ilustra esta entrada: "La Jerusalem Eterna", dibujo de Pat Marvenko.
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